
Cuando estés con tu hijo, deja la tecnología a un lado, así como tus pendientes y preocupaciones. ¡Realmente convive con él!
¿Va a nacer tu hijo o ya eres papá? Seguramente está preocupado por ofrecerle lo mejor, desde llevarlo a la mejor escuela, comprarle los mejores juguetes y usar el mejor método de disciplina. Sin embargo, hay algo que va antes que todo esto y que es esencial para construir el bienestar emocional de tu hijo desde sus primeros años (y para toda su vida): la relación positiva que establezcas con él. Tú, su papá, eres su mejor juguete, su herramienta más importante; tu presencia en cuerpo y mente es lo que más necesita.
Su mamá ha cargado al bebé por nueve meses y probablemente hoy lo esté amamantando. En los primeros tres años de vida, ella y el bebé siguen siendo un nosotros (casi una misma persona) porque el apego es muy fuerte entre ellos, muy de contacto físico, necesidades y emociones. A ti, papá, te tocará construir la relación con él y aprender a interactuar de tal forma que esa relación vaya nutriendo la necesidad del niño de ser visto, ser atendido y ser querido.
Pero ¿de qué forma concreta puedes lograr todo esto? A continuación, te damos consejos que son sumamente sencillos para impactar de manera positiva en tu hijo y que te ayudarán a convertirte en el padre que siempre has querido ser:
- Realmente conecta y aléjate de las distracciones
Cuando estés con tu bebé deja la tecnología a un lado, así como tus pendientes y preocupaciones. ¡Realmente convive con él! Trata de leer en sus gestos y balbuceos qué te quiere decir; estar en sintonía con él es esencial para aprender a leer sus necesidades. Hazle caras chistosas, esconde tu cara y luego aparece, y busca su mirada todo el tiempo. Este contacto visual provocará que, en el cerebro del niño, se vayan creando conexiones neuronales relacionadas contigo, con el amor y con el significado de las relaciones interpersonales.
- Crea rutinas de vinculación
Participa constantemente en actividades cotidianas del niño como cambio de pañal, el baño o la hora de darle de comer, aunque sólo puedas una vez al día si trabajas fuera de casa. Aprovecha el momento como otra oportunidad de juego, miradas y conexión. Cántale, platícale, hazle cosquillas o dale un masaje con mucha calma y ternura.
- Haz contacto físico
Cuando salgan a pasear o de compras, trata de cargarlo y no sólo llevarlo en la carriola. Si lo pones cerca de tu pecho con ayuda de un fular, rebozo o cangurera, estarás transmitiéndole seguridad y tranquilidad, algo que también influye en su desarrollo físico y mental (un niño que es cargado duerme mejor, por ejemplo). Es básico que en la caminata o paseo te sientas tranquilo y regulado, ya que tu hijo aprende a regular sus propias emociones a través del ejemplo.
- Trata de llegar a tiempo para dormirlo
Es un gran regalo para cualquier niño establecer rituales de conexión con su papá. El tomarlo en tus brazos y cantarle antes de que duerma, mecerlo, platicarle o simplemente verlo a los ojos y sonreírle va a serle de gran apoyo para que se relaje y pueda descansar bien tras una productiva sesión de interacción contigo (y tú también te relajarás de un día complicado).
- Diviértanse juntos
Al estar con tu bebé, busca que la pasen bien y fomenta pretextos para carcajear juntos, ya que los momentos agradables nos hacen liberar en el cuerpo “químicos de la felicidad” (neurotransmisores como las endorfinas o la serototina), las cuales son muy importantes para el desarrollo saludable del cerebro de tu hijo. Ponle música y baila con él, motívalo a mover su cuerpo y dale un rico masaje mientras suena música de fondo. Si tu bebé es muy tranquilo, busca música rítmica que a veces lo ponga en otro mood. Si tu es muy activo, selecciona música sinfónica o relajante que le ayude a regular su estado interno.
- Cárgalo cuando llore
Será una enorme tentación dárselo a su mamá cuando llore, pero cuando esté contigo no lo pases de inmediato a otros brazos. Tú tranquilízate, trata de leer sus necesidades y camina con él mientras lo cargas, de tal manera que vaya aprendiendo que no es sólo mamá quien le puede dar consuelo y atender sus necesidades. Cuando llore de noche, alterna los cuidados con ella para que el niño te tenga presente y sepa que puede recurrir a ti.
Siendo mamá un “nosotros” con tu bebé, habrá momentos en los que te sientas fuera de la jugada o excluido, pero está en ti que esto no suceda, así que intégrate de forma cotidiana en esta dinámica de ser parte esencial del desarrollo y bienestar emocional de tu bebé.
Tú, su papá, eres su mejor juguete, su herramienta más importante; tu presencia en cuerpo y mente es lo que más necesita.
Lety Valero
Pedagoga, Maestra en Educación Internacional, Instructora certificada en Disciplina Consciente y Fundadora de Educando en Conciencia. Brinda asesoría personalizada y a grupos de padres y maestros
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