
¿Te han dicho que lo fajes, lo laves con agua oxigenada y que hasta le pongas una moneda encima para que se forme? ¡No hagas caso! Estos mitos pueden provocar infecciones en el ombligo de tu bebé. Hay que mantenerlo seco y limpio.
Durante el embarazo, el bebé se nutre y oxigena a través del cordón umbilical, el nexo de unión entre la mamá y el bebé. ¿Sabías que el cordón está conectado a la placenta materna y tiene tres vasos sanguíneos, una vena y dos arterias?
Una vez que nace, éste se corta anunciando que el recién nacido se vuelve independiente para respirar y nutrirse. Suele ponerse una pinza o cinta para cerrarlo y evitar sangrados accidentales.
Al cabo de unos días, el cordón se seca y adquiere una apariencia como de papiro seco o contraído, que se desprende aproximadamente en una semana. El cordón debe caerse entre los días 7 y 21 de vida del bebé, generalmente entre la primera y segunda semana.
Ya que se cae, se espera ver un escaso sangrado que puede ser normal y que cede a los pocos días. La cicatriz que queda y va cerrando es el ombligo del bebé. La forma de la cicatriz umbilical suele variar mucho y no siempre al gusto de los padres.
Como el niño se nutre a través del cordón umbilical, es normal que quede un orificio a través del cual el cordón puede protruir (sobresalir hacia adelante) en los primeros días o meses; en la mayoría de los niños este orificio suele cerrase antes de los 6 meses de edad.
Qué sí con el cordón umbilical
- Debe mantenerse limpio y seco antes de caerse.
- Una forma sencilla es aplicar un desinfectante como alcohol o cloruro de benzalconio, pero mantenerlo ventilado, seco y limpio puede ser suficiente.
- En la medida de lo posible, hay que evitar cubrirlo para que se ventile.
Qué no
- No debe taparse con los tradicionales fajeros ni poner objetos en la cicatriz umbilical, ya que éstos pueden generar una infección y contribuyen poco a la forma o características del ombligo.
- En la gran mayoría de los casos, no hay que hacer nada para que cierre por sí solo.
- Al bañar al bebé, no es necesario usar jabón en el cordón, sólo agua y de ser posible no mojarlo. Puede protegerse con una bolsa de plástico o una gasa, evitando que se empape. Para secarlo sin frotar es muy útil un paño absorbente.
- El baño de esponja es recomendable para el bebé en sus primeros días, con lo cual se evita que el cordón se moje.
Cuidados especiales
- No es raro que notes un color café oscuro que corresponde a tejido muerto y costras que quedan, las cuales pueden desprenderse cuidadosamente con un paño o hisopo húmedo, frotando suavemente sobre la zona.
- Es importante oler la zona del cordón umbilical; si se percibe un olor raro o desagradable, es posible que esté infectado. La piel roja alrededor del cordón es otro dato que puede sugerir infección.
- Si notas una bolita de tejido que persiste en esta zona, avisa a tu médico ante la posibilidad de un granuloma del cordón umbilical (masa o bulto de color rosado o rojizo).
- En muy raros casos, el ombligo puede tener una conexión anormal con la vejiga, a lo que llamamos persistencia del uraco. En este caso pequeñas cantidades de orina drenan a través del ombligo, lo cual requiere tratamiento médico y probablemente una cirugía.