
Sentirse confundida es la primera señal. Suele venir de la pareja y lo sufren más mujeres de las que imaginamos, incluso quienes son mamás por primera vez.
La mayoría de los abusos de cualquier tipo llega por parte de la pareja, pero los responsables también pueden ser otros, incluyendo padres, hermanos, jefes o compañeros de trabajo. Y lo peor es que muchas veces la persona afectada ni cuenta se da de lo que está sucediendo, aunque siente que algo anda mal. De hecho, la confusión es el primer foco rojo del abuso emocional.
Así se comporta un abusivo
Todos podemos tener fallas, errores o un mal día. Sin embargo, aquí nos referimos a actitudes y conductas que son típicas y repetitivas:
- Intenta aislarte de la gente mediante críticas hacia tus amigos o familiares. Te dice que la única persona que te quiere de verdad es él, te convence de alejarte de tus seres queridos y logra poco a poco un aislamiento.
- Critica constantemente todo lo que antes le parecía maravilloso de ti. Te hace sentir menos y llega a devaluar cualquier logro o avance tuyo, incluso calificándote de ser mala mamá. Ante los demás se comporta como el mejor papá, pero en privado reprocha tu desempeño como madre.
- Muestra indiferencia hacia ti y tus necesidades, sobre todo a partir del nacimiento de tu primer hijo. Te trata casi “como mueble” y, si te enojas o le reclamas algo, la respuesta es: “¿Ya vas a empezar con tus quejas?”. Su indiferencia se extiende también al aspecto sexual en pareja.
- Es impredecible y presenta cambios frecuentes en su estado de ánimo: un rato está de buenas, pero en cuestión de segundos se indigna ante la más mínima falla.
- Te culpa por el dolor que él mismo causa y nunca acepta su responsabilidad en el problema: “Tú me obligas a hacer esto”. Juzga duramente las acciones de otros, sin asumir sus propios errores.
- Te cela en extremo sin justificación.
- Hace o dice algo y luego lo niega, aunque la acción sea evidente o innegable, lo que te provoca mucha rabia. Por supuesto, niega rotundamente el abuso; nunca tiene la culpa de nada. Los abusadores emocionales siempre se sienten víctimas.
- Trata de manipularte constantemente y es controlador en todo: el dinero, tu forma de vestir y hablar, qué se hace o no en casa.
- Te falta al respeto y también lo hace hacia otras mujeres (por ejemplo, en sus relaciones anteriores o con sus familiares).
- Es egocéntrico, es decir, lo que él necesita siempre es más importante o mejor que cualquier asunto tuyo. La mayoría de los abusivos son hombres machistas y misóginos, generalmente encubiertos por su entorno familiar y social.
[pullquote align=”left”]La indiferencia también es abuso de tipo emocional y suele extenderse al aspecto sexual de la pareja.[/pullquote]
Realidades del abuso emocional
Ahora veamos algunos hechos para entender si eres objeto de este tipo de agravio:
- El abuso no es una enfermedad, es una forma de pensar. Por eso, un abusivo rara vez enfrenta su responsabilidad y mucho menos acepta ayuda. Puede tener algún trastorno como narcisismo u obsesión-compulsión, o un padecimiento como alcoholismo. Es controlador y como tal sufre una inseguridad afectiva más o menos grave. No le gusta tu independencia y de verdad cree que tiene derecho a todo, pero tú no.
- No es culpa tuya. Al abusivo le importa mucho su imagen, por lo que casi siempre trata de ser encantador con los demás, sobre todo con los que considera respetables. Sin embargo, en la vida privada cambia frecuentemente de ánimo y trata de responsabilizarte de su comportamiento. De ahí que puedas sentirte desconcertada sobre su forma de ser, como si estuvieras caminando en un terreno muy frágil e inseguro.
- El abusivo nunca es así al principio de una relación de pareja, sino al contrario. La mayoría de las veces te quedas sorprendida y desorientada al grado de pensar: “¿Estaré yo de verdad tan mal? ¿Estoy loca y no quiero ver la realidad?”. Está comprobado que, a mayor nivel educativo, es más difícil darse cuenta de que te encuentras en una relación de abuso emocional.
- Este abuso provoca una especie de parálisis, o sea, te encuentras la mayoría del tiempo tratando de no provocarlo y haciendo lo que el abusivo dice, incluso aguantándolo todo en un intento por ver si así el abuso se detiene. Pero no va a parar: siempre encontrará otra excusa para molestarse y culparte, sintiéndose perfecto y buscando aliados.
- El daño va aumentando con el tiempo porque el abusivo nunca acepta que él comete errores.
- Nadie tiene derecho a tratarte con faltas de respeto, indiferencia, ni abuso de tipo económico (el cual sirve como arma poderosa para controlar mejor el dinero); mucho menos a humillarte o hacerte sentir menos.
- No todos los abusadores son hombres. Desafortunadamente hay mujeres que molestan a otras, como podría ser tu suegra, madre, hija, amiga, jefa o hermana. Por supuesto también hay mujeres que abusan emocionalmente de los hombres.
¿Qué hacer?
Si sospechas que estás en una relación abusiva:
- Rompe el silencio y sal a toda costa del aislamiento familiar y social, aun si él te amenaza, insulta o humilla. Diles a tus seres queridos y busca ayuda profesional.
- Trata de pensar con la mayor objetividad posible: ¿las cosas que te hace o te dice serían aceptables hacia una hija, hijo o persona digna?
- Cuestiónate si este tipo de vida es lo que quieres enseñarles a tus hijos.
- Intenta obtener pruebas del abuso (grabadas, por escrito y testigos).
- No lo amenaces; mejor consigue apoyo para salir de esta relación.
- Cuando busques ayuda profesional, asegúrate de preguntar si el terapeuta conoce bien el tema del abuso emocional.